Líneas de Investigación

PROBLEMA A RESOLVER.

¿Cómo actualizar el estado de la salinidad de los suelos de Cuba, incidir en su diagnóstico y medidas para su mitigación?

ANTECEDENTES Y JUSTIFICACIÓN

El futuro de la sociedad depende de la puesta en práctica de sistemas agrícolas sostenibles que garanticen no solo una seguridad alimentaria sino también la supervivencia de todas las especies que interactúan en el ecosistema. Es imprescindible lograr arreglos entre el desarrollo socioeconómico y la protección de los recursos naturales y esto debe constituir una de las principales preocupaciones y ocupaciones. Los suelos y el agua en el planeta se han visto expuestos a una constante degradación debido a las actividades humanas y también a causas naturales. La agricultura utiliza el 70% de toda el agua que se extrae de acuíferos, ríos y lagos, lo que la convierte en la actividad humana que más utiliza este recurso, por lo que la gestión sostenible del mismo se vuelve una necesidad esencial si se quiere alimentar a una población creciente y lograr la seguridad alimentaria para todos.

El suelo es un componente esencial en el ecosistema y como tal de vital importancia en los servicios que presta, sin embargo, la degradación de este recurso a nivel global es creciente; según la FAO el 33% de los suelos están de moderadamente a altamente degradados. A esto se une el cambio climático que es otro aspecto que influye significativamente y que podría conducir a reducciones drásticas en la disponibilidad de tierras (Pichs et el 2002). Dada esta situación urge establecer sistemas productivos amigables que además de satisfacer las demandas de alimento contribuya a la sostenibilidad de los agroecosistemas y su resiliencia. La implementación de prácticas de manejo sostenible de suelo es una opción que contribuye no solo a la reducción de la degradación de este recurso sino además a mitigar los efectos del cambio climático.

Cuba está situada en el mar Caribe, al sur de la península de la Florida y Bahamas, al oeste de Haití y al norte de Jamaica. Es la mayor isla en el Caribe con una superficie aproximada de 110 mil 860 km2. Tiene un clima tropical estacionalmente húmedo con una temporada poco lluviosa (de noviembre a abril) y una temporada lluviosa (de mayo a octubre). La media anual de precipitaciones es de 1200 mm (70 % de ellas en la temporada lluviosa) y el 30 % en la poco lluviosa. La temperatura media es 23 °C en enero y 27 °C en julio. La topografía de la isla principal es mayormente plana con montañas en el sureste y centro. Aproximadamente el 60 % de Cuba está clasificado como tierra agrícola.

Cuenta con un nivel de desarrollo relativamente alto en comparación con otros países caribeños, ocupando el puesto 59 de los 187 países en el índice de desarrollo humano 2012 (actualmente en el 70 con un índice 0.783- 2019) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Pero el país continúa enfrentando muchos desafíos en el desarrollo, lo que se debe en gran medida al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de EE. UU y uno de los desafíos claves es el mejoramiento de la seguridad alimentaria, que es una prioridad para el estado cubano.

El gobierno aprobó los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución en el 2011, luego en el 2016 fueron actualizados para el periodo 2016-2021 y en ellos se plasman las directrices para las transformaciones que tendrá el modelo económico del país en los próximos años, donde el sector agroindustrial juega un papel fundamental.

También se ha trazado y aprobado el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030, donde uno de los ejes estratégicos es la transformación productiva e inserción internacional, en el cual un objetivo es alcanzar mayores niveles de productividad en todos los sectores de la economía, mediante la diversificación, la modernización tecnológica, la innovación y la participación selectiva en los nuevos paradigmas tecnológicos, en particular con un enfoque de alto valor agregado.

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Esta linea de investigación esta dirigida a identificar fortalezas y amenazas de la contratación a través de la implantación y uso del Sistema de Planificación Agrícola

El Sipa facilita evaluar el comportamiento de los procesos desde la siembra hasta el destino final, brinda información tanto territorial como organizacional, e involucra necesariamente a todos los participantes: productores, formas productivas, la empresa que la atiende y el grupo empresarial”, aseguró la directora de Comercialización del Minag.

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Dagoberto Lozano
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